Participación comunitaria en la gestión del agua
La participación en la gestión del agua implica tener un rol protagónico en la toma de decisiones que afectan la provisión de agua en cuanto a calidad y cantidad. Al ser un recurso vital de uso masivo, su gestión sustentable debería involucrar de manera activa a toda la población, de acuerdo a su nivel de dependencia y uso. En Ecuador, son las comunidades rurales las que normalmente se encargan de manejar y proteger los ecosistemas proveedores de agua, velar por su debido transporte hasta las viviendas, distribuirla y lidiar con problemas de calidad, de escasez, administrativos y jurídicos.
Según la Red de Organizaciones Sociales y Comunitarias en la Gestión del Agua del Ecuador (ROSCGAE), en el país existen más de diez mil organizaciones comunitarias de servicios de agua y saneamiento (OCSAS), mejor conocidas a nivel rural como Juntas de Agua. Estas trabajan sin remuneración en varios aspectos vinculados con la gestión y provisión de agua para sus respectivas comunidades (ROSCGAE 2018). Mientras en las zonas rurales este arduo trabajo ha sido invisibilizado, en las zonas urbanas la participación de la población en la gestión sustentable del agua es prácticamente inexistente.
El 94,2% de las concesiones de riego comunitario se encuentran a lo largo de la Sierra, y abarcan principalmente el bosque siempreverde andino, el arbustal andino y el páramo .
Existe escasa información que permita visibilizar la participación comunitaria en la gestión del agua. El Atlas presenta registros de concesiones de agua para riego realizados por la Senagua, en los que se identifica si el concesionario es de tipo comunitario. A pesar de que esta base de datos requiere mejoramiento, estandarización y automatización, y de que muchos datos quedaron descartados por falta de información, el mapa permite observar la incidencia de la participación comunitaria y la importancia de apoyar este tipo de monitoreo y profundizarlo.