Personas afectadas por eventos de sequía

La sequía es un fenómeno climatológico en que la escasez parcial o total de lluvia limita la disponibilidad de agua para abastecer las necesidades habituales de humanos, plantas y animales. En la actualidad, está vinculada fuertemente al cambio climático, que en algunas partes ha causado la disminución de las lluvias.

La provisión de agua como servicio ecosistémico depende de las propiedades biofísicas del bosque y los ecosistemas naturales de altura, en especial su vegetación, suelos y clima (Quintero 2010). Por ello, la alteración de los procesos hidrológicos causada por la deforestación y la erosión también es determinante en este fenómeno.

En Ecuador, los desastres naturales muestran un aumento gradual tanto en número como en intensidad. Esta tendencia se replica en los eventos de sequía. Según datos analizados por el BID entre 1960 y 2006, hay anomalías de temperatura y precipitaciones en ciertas regiones del país (Ludeña y Wilk 2013).

Las consecuencias de las sequías varían de acuerdo a la vulnerabilidad de la población. Las principales afectadas son las comunidades rurales cuya actividad productiva se basa en la agricultura y la ganadería. La pérdida de cultivos, además de afectar el autoabastecimiento y la economía de los productores, impacta en la provisión de alimentos en general. La falta de forraje para el ganado desemboca en su venta prematura a bajos precios o en la muerte de los animales, con graves consecuencias económicas.

En los centros poblados, la disminución de agua para el consumo provoca una racionalización del recurso y, en caso de sequía severa, importantes procesos migratorios, como ocurrió en la década de los 60 en la provincia de Loja, de la cual salieron aproximadamente 150 000 habitantes.

En Ecuador, la escasez de agua es usualmente preocupante en Loja, la costa de Manabí, Santa Elena y sectores de Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo, como nos indica el mapa. Allí, los niveles de precipitación son bajos, lo que se suma a una escasa capacidad de regulación, es decir, de disponibilidad hídrica en ríos y quebradas durante la época de sequía (Galárraga 2000).