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Personas afectadas por eventos de inundación
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Personas afectadas por eventos de sequía
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Plantas Endémicas en riesgo
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Índice Ombrotérmico
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Potenciales fuentes de contaminación de la actividad minera
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Potenciales fuentes de contaminación de la actividad hidrocarburífera
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Presión Ambiental producto de fumigaciones en plantación de banano
Personas afectadas por eventos de inundación
Según estudios de Naciones Unidas, la deforestación y la expansión de la frontera agrícola son actividades antrópicas que conllevan la eliminación de fuentes de oxígeno. Asimismo, promueven la erosión del suelo y la emisión de gases de efecto invernadero —principalmente CO2—, lo que incrementa la probabilidad y los impactos de las inundaciones.
Durante las últimas décadas, las inundaciones han provocado desastres y situaciones de emergencia en Ecuador. A partir de los años 60 y 70, especialmente en la Costa y la Amazonía, se ha observado un incremento en la ocurrencia de eventos climáticos anómalos; en la zona andina y la Costa, por su parte, ha habido un incremento en la precipitación (Ludeña y Wilk 2013).
Pero la vulnerabilidad ante las inundaciones no se limita a los efectos de cambio climático. La gravedad de las pérdidas ambientales y socioeconómicas causadas por las inundaciones se ha incrementado en los últimos años: por ejemplo, el fenómeno de El Niño de 1997 y 1998 ocasionó daños estimados en 2882 millones de dólares (FAO s/f).
De acuerdo al Banco Mundial, Ecuador es uno de los países de Centro y Sudamérica más expuestos a este tipo de eventos. Una de las variables que incrementa su vulnerabilidad es la existencia de poblaciones cuyas construcciones y medios de vida se desarrollan en zonas de riesgo, como las orillas de los ríos y las partes bajas de las cuencas. Varios asentamientos humanos, especialmente en la Costa y la Amazonía, están sujetos a inundaciones periódicas (Quintero 2010).
De acuerdo al Mapa, la mayor cantidad de personas afectadas por las inundaciones entre 2013 y 2018 se encuentran en la Costa y en la Amazonía central. En 2016 se concentraron particularmente en el bosque seco de la Costa.
