Cobertura de áreas protegidas
De acuerdo a la Constitución del Ecuador, las áreas protegidas son espacios geográficos definidos bajo la máxima categoría de protección. El artículo 405 de la carta magna, en el capítulo sobre biodiversidad y recursos naturales, establece al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) como un instrumento de administración territorial para garantizar la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de las funciones ecológicas.
El Estado ejerce su rectoría y regulación a través del Ministerio del Ambiente (MAE). Actualmente, el SNAP está constituido por cuatro subsistemas: estatal —también conocido como Patrimonio de Áreas Naturales del Estado (PANE)—, comunitario y de gobiernos autónomos descentralizados y privado. El subsistema estatal cuenta con 53AP, el subsistema descentralizado cuenta con 2 APs y el subsistema comunitario con 1 AP (MAE 2019). Asimismo, el MAE tiene la responsabilidad de desarrollar herramientas y lineamientos para incluir otras áreas, ya sea de GAD, comunitarias o privadas, dentro del PANE.
Por otro lado, el artículo 16 del libro III del Régimen Forestal del Ecuador reconoce a los bosques y la vegetación protectores como áreas cuyo objetivo es la conservación de agua, suelo y flora y fauna silvestres. Dichas áreas pueden ser de dominio público o privado, pero, a diferencia del SNAP, pueden ser sometidas a un manejo forestal sustentable, siempre y cuando no se perjudique sus funciones de conservación.
El SNAP y los bosques protectores comprenden un importante instrumento de preservación de la riqueza biológica, los paisajes y diversos servicios ecosistémicos. Esto conlleva una serie de beneficios para la población actual y para las siguientes generaciones, además de que permite el desarrollo de actividades turísticas que brindan nuevas oportunidades económicas.
La mayor parte de vegetación remanente se encuentra en áreas protegidas localizadas en los ecosistemas de bosque siempreverde andino, principalmente en la Sierra norte, y bosque amazónico, también concentradas en la zona norte. En menor proporción, los bosques protectores del bosque siempreverde andino albergan una superficie importante de vegetación remanente. El bosque seco andino y el arbustal andino poseen la menor superficie de áreas protegidas y bosques protectores, por lo que su nivel de vulnerabilidad es aún mayor.
Si bien Ecuador es uno de los países de la región con mayor porcentaje de territorio bajo algún nivel de conservación, en él ocurren actividades extractivas que ponen en riesgo la biodiversidad y los recursos ecosistémicos mencionados. Así, se vulnera lo exigido en la Constitución y en los marcos legales que las rigen.
Conservación de fuentes hídricas
La Ley Orgánica de Recursos Hídricos, Uso y Aprovechamiento del Agua define a las áreas de protección hídrica como zonas necesarias para el “mantenimiento y conservación de fuentes de agua que abastecen el consumo humano o garantizan la soberanía alimentaria”. En dichas zonas se restringen actividades productivas, extractivas o de riesgo ambiental que puedan contaminar el agua y sus fuentes. Además, se menciona que allí se respetarán los usos espirituales de pueblos y nacionalidades indígenas.
La primera área de protección hídrica (APH) del Ecuador fue Ponce-Paluguillo, que beneficia de manera directa a las parroquias del noreste de Quito. Por estar localizada en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cayambe-Coca, una de las tres fuentes hídricas para el Distrito Metropolitano de Quito, beneficia de manera indirecta al 70% de la población de la capital (La República 2018).
Otra estrategia para la conservación de fuentes hídricas en Ecuador son los fondos de agua. Este modelo, basado en alianzas público-privadas, asegura financiamiento a largo plazo para conservar la salud de aquellos ríos y cuencas hidrográficas que proveen del recurso vital a importantes zonas urbanas del país.
Actualmente existen cuatro fondos de agua implementados en Ecuador: el Fondo del Agua para la Conservación de la Cuenca del Río Paute (FONAPA) y el Fondo de Páramos Tungurahua —en estado operacional—, el Fondo para la Conservación del Agua de Guayaquil —en estado de creación—, y el Fondo para la Protección del Agua (FONAG) —con más años de experiencia y trayectoria—.